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Articles by Randy Kilgore

Respuestas cordiales poderosas

Mientras atravesaba un túnel a la hora de más tránsito, se me descompuso el auto. Los airados conductores expresaban su frustración mientras se esforzaban para pasar por el costado. Al final, una grúa remolcó el coche a un taller. Poco después, volvió a averiarse y me dejó varado en la carretera interestatal, a las dos de la mañana. Otra vez al taller…

Actos de gratitud

Pocas personas me conocen tanto de niño como Francis Allen, el pastor que me guió a Jesucristo. Un predicador fervoroso y ardiente en el púlpito, fuera de allí era un ejemplo casi perfecto de la bondad del amor de Dios.

Lado a lado

En el álbum de mi familia hay una foto de mi hija a los cuatro años de edad trabajando a mi lado y usando un martillo de juguete para reparar el revestimiento de la casa. Ese día, trabajamos lado a lado; ella imitaba todos mis movimientos, absolutamente convencida de que también estaba arreglando nuestro hogar. Pocas veces he disfrutado más una tarea. En la foto, es evidente que ella también está contenta.

Tiempo de buenos consejos

Debido a la vida ocupada que muchos de nosotros llevamos, es fácil darnos cuenta de que estamos en la sobrecargada situación de Moisés en Éxodo 18. Como el único juez de las masas, estaba «desde la mañana hasta la tarde» (v. 13) rodeado de gente que necesitaba su ayuda.

En memoria de él

Cuando un navío de la Marina de los Estados Unidos llega o parte de la base naval de Pearl Harbor, la tripulación se pone en formación, vestida con sus uniformes. Se colocan en posición de firmes a un brazo de distancia entre sí en los laterales de la cubierta, para homenajear a los soldados, los marineros y los civiles que murieron el 7 de diciembre de 1941. Es una escena emocionante, y los participantes suelen considerarlo uno de los momentos más inolvidables de su carrera militar.

Surcos derechos

¡Es el primer día que subo al tractor! Una fresca brisa matinal corre por la planicie. Los grillos y el silencio del campo ceden ante el crujir del motor. Después de apoyar el arado en la tierra, empiezo a recorrer el terreno. Bajo la vista para mirar los indicadores y la palanca de cambios, aprieto el frío manubrio de acero y admiro el poder que tengo. Al final, me doy vuelta para ver los resultados: en vez de la línea perfectamente recta que esperaba encontrar, vi algo parecido a una serpiente que se deslizaba, con más curvas e inclinaciones que el Circuito de Indianápolis.

¿Ocupado para conocer a Dios?

Un día, mientras esperaba para abordar un avión, un extraño que me oyó decir que era capellán empezó a describirme cómo era su vida antes de conocer a Cristo. Dijo que estaba marcada por «el pecado y el ensimismamiento. Pero después, conocí a Jesús».

Lo bueno de trabajar

Algunos cristianos crecen creyendo que el trabajo es algo malo, una maldición por el pecado de Adán y Eva. Si esta creencia equivocada no se corrige, puede hacer que la gente sienta que lo que hacen diariamente en su trabajo no es importante para Dios. O, al menos, que no es tan importante como la labor de los misioneros y los pastores. Génesis 1:26-31 nos enseña que esto no es cierto.

Hazlo solo

«Dadles vosotros de comer…» (Marcos 6:37). Es fácil pasar por alto estas palabras de Jesús. Una inmensa multitud se había reunido para oírlo. Al final del día, los discípulos se pusieron nerviosos y empezaron a presionarlo para que los despidiera (v. 36). «Dadles vosotros de comer…», respondió Jesús (v. 37).

Nuestra mejor defensa

El destino había querido que compartiéramos el asiento en un viaje de ocho horas en tren. Un ex embajador de los Estados Unidos y yo tuvimos un enfrentamiento rápidamente cuando él suspiró al ver que yo sacaba mi Biblia.